N. G. tiene 32 años y hasta fines de septiembre pasado trabajaba en la empresa Intecargo. Cumplió funciones como “tractorista” en el aeropuerto internacional de Ezeiza hasta que fue acusado de integrar una banda que robaba objetos de valor de los equipajes de los pasajeros, conocidos como “los abrevalijas”. En su locker fueron secuestrados un par de aros y, en su casa, dólares, euros, reales y libras egipcias. Cuando fue indagado se justificó que todo se lo había encontrado tirado.
“Los aros secuestrados en mi locker los encontré en nuestro sector tirados en el piso”, afirmó N. G., según se desprende del expediente judicial al que tuvo acceso LA NACION. Los funcionarios judiciales a cargo de la investigación le preguntaron si había viajado a Egipto. Respondió que no. Y explicó: “Las libras egipcias no las compré, las encontré tiradas en los tachos de descarga, donde van los equipajes. No recuerdo qué día, ni en qué año”, se justificó el “tractorista”.
N. G. fue procesado sin prisión preventiva por el juez federal de Lomas de Zamora Federico Villena por el delito de apropiación de cosa perdida. Otros cuatro supuestos “abrevalijas”, también empleados de Intercargo, fueron procesados sin prisión por el delito de hurto, agravado por haber sido cometido sobre mercaderías en tránsito.
“Los elementos de prueba reunidos hasta el momento resultan por demás elocuentes, al menos con el alcance exigido en esta etapa del proceso, toda vez que los mismos permiten conformar un cuadro lo suficientemente, preciso y concordante en cuanto a su responsabilidad en los hechos investigados”, afirmó el juez Villena en la resolución donde procesó a los sospechosos.
Como informó LA NACION en su momento, la investigación se inició en junio pasado cuando, la forma en que los maleteros de la empresa Intercargo manipulaban las valijas que pasaban por la cinta transportadora, no pasó desapercibida para los oficiales de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que observaban las imágenes que mostraban las cámaras que registraban lo que se sucedía en la pista.
La situación advertida por el personal fue puesta en conocimiento del fiscal federal de Lomas de Zamora, Sergio Mola. Tras la presentación de la fuerza federal de seguridad, el representante del Ministerio Público comenzó la investigación y le encomendó a detectives de la PSA tareas para identificar a los integrantes de la banda de “abrevalijas”.
Tras el análisis de filmaciones de cámaras de seguridad y el análisis de otras pruebas, se identificó a los supuestos delincuentes, quienes fueron detenidos e indagados.
“De la prueba recolectada hasta el momento se constató el accionar desplegado por un grupo de empleados de la empresa Intercargo, quienes, en momento de estar realizando la desestiba de los equipajes despachados a bodega para su colocación en la cinta de arribos, en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza a, proceden a la apertura de las mismas y sustraen elementos de su interior”, sostuvo el fiscal Mola en un dictamen presentado ante el juez Villena.
En su momento, tras identificar a los sospechosos, a pedido del fiscal Mola, el juez Villena ordenó una serie de allanamientos donde el personal de la PFA secuestró un par de aros, libras egipcias, los dólares, euros, un reloj marca Louis Féraud un parlante bluetooth, indumentaria oficial que utilizaron atletas argentinos en los Juegos Paralímpicos de París, zapatillas, candados con llaves, ropa de oficial de la selección de Venezuela, una computadora, municiones de armas de fuego y un cuchillo.
En la causa declaró como testigo una coordinadora del equipo paralímpico argentino y recordó que cuando los deportistas volvieron de París, al tomar contacto con el equipaje, “notaron el faltante de elementos personales que habían despachado en su equipaje a bodega”. Los “abrevalijas” se habían apropiado de ropa, paletas de de tenis de mesa y zapatillas.
“Se encuentra acreditado que los nombrados, todos ellos empleados de la empresa Intercargo, en momento de estar realizando la desestiba de los equipajes despachados a bodega para su colocación en la cinta de arribos, en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, procedieron a su apertura, sustrayendo elementos de su interior. Se pudo establecer a través de las videofilmaciones agregadas a la causa, que la maniobra realizada por los encartados resulta ser la misma en todos los casos observados: uno de los empleados ingresa en el interior del AKE [el sector donde trabajan los maleteros], manipula, revisa y abre el equipaje, sustrayendo elementos del interior de los mismos; mientras que el otro empleado que permanece fuera del AKE, oficiando de ‘campana’ mientras acomoda las valijas en las cintas de arribo, prestando atención a su alrededor y al personal policial y de seguridad privada que se encuentra en el lugar. Estas conductas pudieron ser corroboradas en al menos seis hechos”, afirmó el juez Villena en el fallo, al que tuvo acceso LA NACION.