Alberto Fernández no se sorprendió cuando conoció su citación a indagatoria en la causa de lo seguros. El exmandatario está convencido de la “animosidad” del juez Julián Ercolini. Así lo cuentan los pocos que dialogan con él en el departamento de Puerto Madero, donde está recluido desde agosto. Dejó de salir de allí cuando el propio Ercolini comenzó a instruir la otra causa que lo involucra: la de violencia de género que se inició a raíz de un chat del celular de su secretaria histórica, María Cantero, con Fabiola Yañez, su expareja y madre de su segundo hijo, Francisco.
“Como se cayó la causa de violencia porque Fabiola, que es la denunciante, no entregó su celular, y Alberto, que es el denunciado, entregó el suyo hasta sin clave, Ercolini apura esta causa. Las dos las tiene él: se le aflojó una y le metió pata a la otra”, juran muy cerca del exmandatario.
La supuesta animosidad que le achacan al magistrado es -según afirman- porque “Alberto lo expuso por cadena nacional, por su viaje a Lago Escondido, y lo denunció por eso. Es un escándalo”, sostienen y agregan que “más allá de la recusación, Ercolini debería haberse corrido: es perverso lo que hace”.
“Es un delirio”, agregan por la citación a indagatoria en la que Fernández, junto a su abogada, Mariana Barbitta, evaluarán los próximos días los pasos a seguir y definir si presentan un escrito o declara. Lo que es seguro, cuentan, es que “Alberto tiene ganas de ir y decirle muchas cosas en la cara a Ercolini”.
“Hay un único párrafo en todo el escrito (de citación a indagatoria) en el que se menciona a Alberto. Él jamás recibió regalos de (Héctor) Martínez Sosa como dice ahí. Si lo vio tres o cuatro veces durante su presidencia es mucho. Salvo a él, María (Cantero) y (al extitular de Nación Seguros, Alberto) Pagliano, no conoce a ninguno de todos los acusados”, detallan. “Son más de treinta y pico de tipos de los que no tiene idea de quienes son”, sostienen y agregan: “No hay una sola conversación de ellos con Alberto”.
En el entorno del exmandatario agregan que el argumento de la causa para la citación es “porque ha favorecido a otros. ¿Qué es lo que significa esto?”, se preguntan con un tono de voz que dejar percibir enojo. “Son medidas políticas y no son judiciables. Es una medida de política económica y con esa decisión de Alberto se cerró la corrupción que existía antes , cuando se llamaban a productores de seguros”, dicen sobre los antecesores de la presidencia de Fernández.
En esa línea, cerca del presidente dicen que “no pueden decir que no haya habido negociados” en algunas áreas, pero sí que “los precios de Nación Seguros eran los más bajos del mercado” y que antes “había precios exhorbitantes”
En el departamento que ahora le alquila a su amigo personal y exsecretario de Medios, Enrique “Pepe” Albistur, tras años en los que se lo prestó, pasa su tiempo con su perro Dylan. Fernández pasó a alquilarlo cuando comenzó a percibir su jubilación. Desde que estalló la causa de violencia de género, a comienzos de agosto pasado, no sale. Le cuenta a sus interlocutores que es para evitar “que algún estúpido” le saque una foto paseando al animal, como le pasó a uno de su custodios días atrás. Fue cuando el efectivo terminó su turno y bajó a pasear al perro, momento en el que una persona le hizo una foto que terminó en redes sociales.
En ese departamento recibió días atrás la visita de su exjefe de Gabinete, el diputado Santiago Cafiero, cuentan que “habla a diario” con el legislador Eduardo Valdés y en medio de la interna del Partido Justicialista también dialogó con Ricardo Quintela, otro que sufrió los sinsabores de Cristina Kirchner. También mencionan entre sus interlocutores y visitantes a la exministra Marcela Losardo; el extitular de Trabajo Claudio Moroni; y el hoy hombre de la Auditoría General de la Nación (AGN) Juan Manuel Olmos.