

La Real pagó la novatada en el Parque de los Príncipes e interpretó el guión que seguramente muchos esperaban. Dejó, por momentos, una gran imagen. Anuló al PSG durante más de medio partido, generó ocasiones y soñó con conquistar París. Pero toda esa actuación se vino abajo con el primer gol de Mbappé, a la salida de un córner. Llegó el segundo y los de Imanol acabaron dando gracias de no irse a San Sebastián con la eliminatoria decidida. Hubiera sido demasiado cruel. La Champions bajó a la Real de la nube. Uno no puede transitar por Europa sin gol, y los txuri urdin no lo tienen si Oyarzabal no está sobre el campo. Precisamente de remate anda sobrado el equipo de Luis Enrique. Mbappé sumó su gol 31 en 30 partidos, que se dice pronto.
Roberto Olabe advertía de que la Real Sociedad llegaba a París con la ilusión de escalar “uno de los ocho miles más duros”. Y los de Imanol humanizaron sobre el terreno de juego el aviso de su director de fútbol.
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