El horario de verano en Estados Unidos se instauró con el objetivo de aprovechar al máximo las horas de luz solar y generar ahorro de energía. Aunque este sistema ha sido objeto de debates en los últimos años y algunos estados buscan su eliminación, el cambio en las agujas de los relojes se mantiene como un rutina constante cada año en la gran mayoría de estados. ¿Cuándo hay que regresar al horario estándar?

El horario de verano, establecido para ahorrar energía, ha generado debates sobre sus efectos en la salud, como alteraciones en el sueño y la concentración.

Cuándo cambia la hora en Estados Unidos

El horario de verano, conocido como Daylight Saving Time (DST), sigue un calendario fijo cada año. En 2024, comenzó el 10 de marzo y finalizará el domingo 3 de noviembre. A las 2 de la madrugada de ese día, los relojes en los estados adheridos deberán atrasarse una hora para marcar nuevamente la 1. Este ajuste permite que las tardes tengan más luz solar durante el verano, aunque a costa de amaneceres más oscuros en los meses siguientes.

Este cambio fue regulado por primera vez en la Ley de Horario Uniforme de 1966 y su propósito principal fue el ahorro de energía y la mejora en el transporte. No obstante, hubo períodos previos donde también se utilizó, como por ejemplo durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial. El fin era el mismo: gastar menos dinero y aprovechar la luz solar.

Algunos estados y territorios, como Hawái y Arizona, no participan en el cambio de horario, permaneciendo en el mismo huso todo el año.

En qué lugares de Estados Unidos no cambia la hora

Aunque la mayor parte de Estados Unidos participa del horario de verano, hay lugares que no están adheridos. Algunos estados y territorios optaron por mantenerse al margen del DST, eximiéndose de los cambios de hora. Entre estos se encuentran:

  • Hawái.
  • La mayor parte de Arizona.
  • Samoa Americana.
  • Guam.
  • Islas Marianas del Norte.
  • Puerto Rico.
  • Islas Vírgenes.

Estas zonas consideran que, debido a su ubicación geográfica, el cambio horario no les proporciona ningún beneficio significativo. En el caso de Arizona, por ejemplo, las temperaturas extremas del verano hacen que las personas prefieran realizar sus actividades temprano por la mañana o más tarde por la noche, por lo que prolongar las horas de luz durante la tarde no resulta necesario.

Estudios recientes señalan que los cambios en el reloj pueden aumentar la fatiga y los accidentes de tránsito en los días posteriores al ajuste horario.

¿Se acabará el horario de verano en Estados Unidos?

El futuro del horario de verano en Estados Unidos es incierto. En los últimos años, 19 estados aprobaron o promulgaron leyes para mantener el DST durante todo el año, pero esto aún depende de la autorización del Congreso. Entre los estados que buscan adoptar el horario de verano de manera permanente están California, Florida, Georgia, Tennessee y Washington.

La propuesta de eliminar los cambios de horario ganó apoyo, tanto por motivos de salud como por cuestiones económicas. Los defensores de un horario permanente argumentan que ofrecer una hora extra de luz en la tarde beneficia a industrias como la del entretenimiento y los deportes al aire libre. Sin embargo, su implementación nacional aún enfrenta obstáculos legislativos.

Cuáles son los efectos negativos que puede tener el DST sobre la salud

El cambio de horario, aunque parezca menor, puede tener un impacto considerable en la salud. Diversos estudios demostraron que la modificación en los relojes pueden afectar los ritmos circadianos, los ciclos naturales del cuerpo que regulan el sueño, el apetito y el estado de ánimo.

Según Charles Czeisler, profesor de Medicina del Sueño en Harvard, “puede causar estragos en el bienestar mental y físico de las personas a corto plazo”. Al atrasar una hora los relojes en otoño, las mañanas son más oscuras, lo que reduce la exposición a la luz natural y disminuye los niveles de serotonina, una hormona relacionada con el buen estado de ánimo. Por otro lado, la luz adicional durante la tarde puede retrasar la producción de melatonina, una hormona esencial para el sueño.

Por otro lado, un informe publicado en la revista Current Biology destacó que los accidentes automovilísticos aumentan un 6 % en la semana posterior al cambio de horario. La falta de sueño y la desorientación matutina son factores que contribuyen a este incremento. Además, estudios demostraron que los cambios en los ciclos de luz pueden aumentar el riesgo de padecer problemas cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

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