En medio de las tensiones existentes entre el Gobierno y las universidades -luego del veto del presidente Javier Milei al financiamiento que había salido del Congreso y al blindaje que después obtuvo para el DNU-, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseveró que los alumnos que encabezan las tomas de facultades quieren “generar una revuelta” contra esta administración. Comparó esta supuesta intención con lo que ocurrió en Chile en 2019, que se inició con un “molinetazo” estudiantil en reclamo a la entonces administración de Sebastián Piñera por la suba en la tarifa del transporte público, y que derivó en masivas manifestaciones y graves disturbios.

Los dichos de la funcionaria en Radio Mitre ocurrieron luego de escuchar expresiones del secretario general del Centro de Estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, Luca Bonfante, quien en una asamblea propuso cortar la Avenida Lugones este miércoles para reclamar por los sueldos docentes y “volver loca a Bullrich”.

Luca Bonfante en la toma de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA

“A mí no me vuelven loca, vuelven loca a la gente si quieren cortar Lugones o determinadas avenidas. Están haciendo una provocación que la llevan al límite y conocemos bien el objetivo: generar una revuelta y tratar de desestabilizar”, opinó Bullrich, quien dijo que el Gobierno va a trabajar “con prudencia” y sin dejarse llevar por los “pocos estudiantes” que forman parte de las tomas.

“Ellos quieren generar una revuelta al modelo chileno, cuando rompieron y destruyeron todo. Nosotros regulamos las decisiones de acuerdo a los objetivos y si quieren molestar a la gente, porque a mí no me molestan, y quieren hacernos generar un enfrentamiento, no lo van a lograr”, advirtió contra los alumnos.

No fue solo eso. “Tenemos en claro que ellos atrás de esto van a ir con molotovs, van a ir con una cantidad de cosas a propósito, para intentar ir in crescendo… Y nosotros no vamos a permitirlo porque no somos tontos, sabemos cuál es su objetivo”, acusó y siguió: “Sabemos qué buscan. Lo que están buscando es algo muy pesado. Ellos tienen en la cabeza el modelo chileno, que fue el descontrol total a partir de un grupo de estudiantes, con revueltas, con muertos”.

Toma de la Facultad de Medicina de la UBA

Hasta el martes había 100 facultades tomadas en todo el país, entre ellas la mayoría de las que forman parte de la UBA. En este marco Bullrich planteó que los grupos de alumnos que apelan a este tipo de medidas de fuerza quieren “destruir lo que está logrando la Argentina paso a paso y con un enorme sacrificio”, en relación con los supuestos progresos que le endilgó a la gestión de la que forma parte y que comanda Milei.

De momento, la ministra aclaró que el despliegue para este miércoles estará a cargo de la Policía de la Ciudad y no de las fuerzas federales, porque las actividades se desarrollan en territorio porteño y no incluyen edificios que deban ser protegidos por las tropas que ella comanda. Sin embargo, adelantó que los operativos se montan de forma coordinada.

Clases en la calle por la situación de las universidades, en la Facultad de Psicología de la UBA

El martes, el Frente Sindical de Universidades Nacionales definió nuevas medidas. Este miércoles harán una marcha de velas a las 18, desde la Plaza Houssay hasta el Palacio Sarmiento, sede de la Secretaría de Educación, a cargo de Carlos Torrendell, y dependiente de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Además, convocaron a un nuevo paro de 48 horas para la próxima semana, que se sumará al anunciado para el jueves.

El estallido de Chile

Con sus dichos, Bullrich hizo referencia al estallido social de octubre de 2019 en Chile, donde millones de ciudadanos salieron a las calles, y que derivó en un proceso que se materializó primero con la instalación de una Asamblea Constituyente, luego la elección de Gabriel Boric a la Presidencia y finalmente con un referéndum constitucional que fue rechazado, pero no zanjó la exigencia de cambio.

El estallido social de 2019 en Chile provocó grandes cambios políticos

Las protestas duraron cuatro meses hasta la irrupción de la pandemia en marzo de 2020. El saldo: murieron 34 personas y más de 460 sufrieron lesiones oculares. La represión de ese momento originó acusaciones internacionales de violaciones de derechos humanos en contra del gobierno de Piñera.

El aumento del pasaje del metro de Santiago había sido el detonante de las primeras manifestaciones estudiantiles el 18 de octubre de 2019, pero el descontento se amplió rápidamente contra todo el modelo económico chileno, criticado por favorecer a una élite y tener un Estado ausente en temas sociales como educación, salud y pensiones, heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Chile vivió un estallido social con protestas en las calles de Santiago y otras ciudades

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