A través de un extenso documento de 36 páginas publicado este miércoles en sus redes sociales, la expresidenta Cristina Kirchner se refirió por primera vez desde el cambio de Gobierno a Javier Milei, al que catalogó como “un showman-economista”.
En el texto, y tras realizar un recorrido histórico por lo que la exmandataria denomina como los ciclos de crisis de deuda que vivió el país, dedicó un apartado especial al DNU 70/2023 y al proyecto de Ley ómnibus, a los que nombró como instrumentos “que constituyen un paquete de modificaciones del sistema legal argentino a medida de los principales grupos empresarios” y que representan “una reforma encubierta de la Constitución Nacional”. Además, criticó la dolarización y sus consecuencias para Argentina.
En este contexto, Kirchner hizo mención al ministro de Economía, Luis Caputo, y al asesor presidencial Federico Sturzenegger, ambos exfuncionarios de la gestión del exmandatario Mauricio Macri, y su participación en las medidas impulsadas desde el gobierno de Milei: “Lo más relevante del nuevo Presidente es que, a pesar de haber sostenido como caballito de batalla que con los “mismos de siempre” no se podían obtener resultados distintos, produjo, ni bien fue electo, un insólito reciclaje de personajes y ex funcionarios”.
“El más preocupante es el de Luis Caputo, artífice del endeudamiento serial del gobierno de Mauricio Macri y del retorno del FMI a la Argentina, a quien nombra, nada más ni nada menos, que como ministro de Economía. A él se le suma la reaparición como figura estelar de Federico Sturzenegger, ex presidente del BCRA durante el gobierno de Macri y protagonista del “megacanje” de la deuda externa junto a Domingo Cavallo en el gobierno de De La Rúa”, escribió la exjefa de Estado.
Sin embargo, a Sturzenegger, la referente del Instituto Patria le dedicó un párrafo especial: “Sin haber sido designado como funcionario, resulta ser el compilador del DNU 70/2023 y del proyecto de Ley Ómnibus. Ambos instrumentos constituyen un paquete de modificaciones del sistema legal argentino a medida de los principales grupos empresarios y lo que es más grave aún, una reforma encubierta de la Constitución Nacional”.
“Al Presidente le asiste el derecho de pretender reformar la Constitución, pero no puede hacerlo a través de un DNU o una ley, sino a través del mecanismo de reforma que prevé la propia Constitución Nacional. No deja de resultar llamativo que el Presidente quiera anular la reforma que impulsó en 1994 su tan admirado presidente (Carlos) Menem”, completó Kirchner en el documento.
El “documento de trabajo” establece tres momentos de la crisis de deuda en Argentina: el primero, entre 1976 y 1989; el segundo, entre la asunción de Carlos Menem hasta 2001; y la tercera, aún en proceso, según la exvicepresidenta, iniciado en 2016, momento en el que inició “la tercera experiencia neoliberal en nuestro país con endeudamiento externo”. No obstante, luego de estas definiciones, la exmandataria consideró impreciso calificar al gobierno de La Libertad Avanza “como la cuarta experiencia” de este tipo: “Las características del discurso y de la praxis política del nuevo presidente, como la de sus equipos en las distintas áreas, colocan al gobierno en un plano que va más allá de lo disruptivo y lo llevan a un lugar que la Argentina nunca conoció. Esto se desarrolla, además, en un marco económico y social de extrema gravedad”.
Para Kirchner, “hasta el momento, el nuevo gobierno sólo ha desplegado un feroz programa de ajuste que actúa como un verdadero plan de desestabilización y que no solo retroalimenta el espiral inflacionario colocando a la sociedad al borde del shock, sino que además provocará irremediablemente el aumento de la desocupación y la desesperación social en una suerte de caos planificado. Es más que evidente que en la cabeza del Presidente el único plan de estabilización es el de la dolarización. No se explican las medidas adoptadas en otro marco teórico”.
Asimismo, en el texto, la exjefa de Estado sostuvo que “el master plan de Milei no difiere mucho del que llevó adelante la dictadura cívico-militar en lo que hace a la apertura indiscriminada de la economía y la desregulación laboral de hecho, ni del de las privatizaciones de los años ‘90″.
En este contexto, comparó los mencionados planes económicos y describió: “Si el plan de la dictadura fue de apertura indiscriminada y el de Menem de privatización de las empresas públicas, el de Milei agrega la extranjerización de la tierra y de los recursos naturales a través de dos figuras: el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) contemplado en el proyecto de ley “Ómnibus” y la derogación de la Ley de Tierras impuesta por el DNU 70/2023″.
“Si queda vigente el DNU 70/2023 y si se aprueba el RIGI incluido en el proyecto de ley “Ómnibus”, Argentina ingresaría inerme a un proceso de extranjerización irreversible en un siglo XXI que se caracterizará por la disputa del dominio sobre la tierra, el agua y los recursos naturales”, agregó.
Kirchner apuntó contra la dolarización
La exmandataria arremetió contra la propuesta de dolarización impulsada por Milei, a la que calificó como “su verdadero plan de estabilización”. En el documento, Kirchner denunció las consecuencias que esta medida tendría para la economía argentina, señalando las supuestas falencias y riesgos que implicaría.
“Cuando en la campaña electoral se le planteaba que no tenía los dólares suficientes para ello, él contestaba que iba a obtener financiamiento de los Fondos de Inversión. Milei llegó a la presidencia pero el financiamiento no apareció. El que sí apareció como su Ministro de Economía fue el ‘Messi’ de las finanzas, Luis Caputo, endeudador serial en el gobierno de Mauricio Macri y junto a él, en el Proyecto de Ley Ómnibus, tres reformas fundamentales”, expresó.
Según Kirchner, estas reformas abren la puerta a un endeudamiento desmedido y sin límites por parte del Poder Ejecutivo Nacional, permitiendo la reestructuración de la deuda externa sin obligación de mejorar las condiciones para el país. Además, denunció la posibilidad de liquidar el Fondo de Garantía y Sustentabilidad de la ANSES y privatizar activos del Estado, todo ello sin el control efectivo del Congreso.
En relación a la contrapropuesta de Milei, Kirchner advirtió sobre los riesgos de la misma, argumentando que la dolarización y el aumento del endeudamiento soberano en moneda extranjera conducirían a un deterioro irreversible de la economía nacional, afectando sectores clave como el agropecuario y el automotriz. “De aprobarse estas reformas, más que una autorización legal, el Congreso estaría otorgando patente de corso al Presidente y a su Ministro de Economía”, sostuvo.
“Mientras tanto, Milei también despliega otra alternativa para dolarizar. Está licuando los pasivos remunerados del BCRA y la Base Monetaria vía inflación y espera que la recesión brutal que está provocando interrumpa la inercia inflacionaria e incluso le permita realizar una nueva devaluación previa a la cosecha sin que el pass through a precios sea equivalente en términos porcentuales; tal cual sucedió en el año 2002 cuando la caída de la convertibilidad significó una devaluación de más del 300% y la inflación sólo fue del 41% anual, dado el marco de recesión y caída del nivel de empleo que llevó al año siguiente a una desocupación del 25%. Ello le permitiría rescatar la totalidad de una Base Monetaria cada vez más licuada con los dólares de la cosecha que entrarán a partir del mes de marzo y, si aún no consiguió los dólares suficientes con las facultades que le otorgaría el Congreso si se aprobara la ley ‘Ómnibus’, el Presidente, pese a que dijo que jamás afectaría la propiedad privada, podría emitir un bono en dólares sobre los pasivos remunerados del BCRA, también cada vez más licuados, dándose así una tercera apropiación de los ahorros de los argentinos como desenlace de esta tercera crisis de deuda. No resulta ocioso señalar que por primera vez en la historia el BCRA entregó bonos -Bopreal- en una moneda que no emite -dólares- para la deuda en pesos con importadores”, definió la expresidenta en otro párrafo.
Para finalizar, escribió: “La dolarización de la economía argentina implicará la clausura definitiva a la posibilidad de desarrollar nuestro país con inclusión social. El país no va a tener más dólares. Al contrario, vamos a tener menos dólares porque vamos a afectar la competitividad de la mayoría de los sectores productivos generadores de divisas”.